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Mostrando las entradas de abril, 2011

Tengo un hijo al cual dar un ejemplo

En unos días me encontraré en una de esas circunstancias que lo llevan a uno al centro de atención de la mirada pública (tampoco taaaaan pública, pero algo noticioso será). El punto es que me encuentro en conflicto con respecto a la necesidad, o más bien el imperativo ético de hacer notar un cierto malestar del gremio acerca de un problema nacional -que aunque es una forma de violencia, no es el desgarramiento sanguinario del que hablamos todos los días los que vivimos en esta geografía específica. La broma de lo que hay que hacer ha ido y venido en las bocas de quienes asistiremos al evento, sin embargo, el asunto me ha generado un nuevo malestar pues confronta, confronta al decir con el hacer, al sentir con el arriesgar. Tengo un hijo al cual dar un ejemplo y me perturba cuál será ¿el de calla y obedece o el de lucha desde tu trinchera, aún cuando tu lucha sea el mero levantamiento de voz y la molestia del dedo salitroso en la llaga?

Segunda temporada: sueño de una noche de...

Renovarse o morir, frase trillada, frase fácil, frase irremediablemente cierta. No soy la que era, y seguiré siendo la que fui. Una madre en casa necesita hablar del mundo. Cuando me embaracé me sentenciaron: "ahora todo va a ser tu bebé, no vas a querer hablar de otra cosa", y en aras de decir "yo no soy cualquier pinche madre" me negué a siquiera mencionarlo, hoy, a casi seis meses de LD voy comprendiendo la ecuación de la aurea mediocritas , evitar hablar de él por lo que piensen mis amigas "intelectuales feminazis" es igual de idiota que creer que la maternidad te cambia para siempre como si no existieran cambios en el ser a todo momento y a merced de cualquier experiencia. No voy a ser una Tatiana de la Investigación, pero no voy a negar que LD ha sido uno de mis grandes aciertos en la vida, LD se integra a mi vida de forma orgánica y me ayuda a seguir dando de qué hablar. De regreso estoy, ¡albricias!