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Hace un año

No había tenido ganas de verte, pero tampoco de olvidarte. Tienes razón fue hace un año que decidimos no vernos y guardar silencio. Hoy me recordaste que hace un año tenía ganas de vivir, tuve ganas de llamarte una madrugada y lo hice, escondida de mi misma en el baño de mi casa; otro día quise llorar contigo tirada en el sofá y también lo hice... Desee salir corriendo de la ciudad, de mi familia, de aquél y de mí misma para encontrarte en la puesta de un convento, pero eso no lo hice; seguí escribiendo sobre monjas que jamás salieron de su claustro, como aquél en el que estabas tú cuando llegamos cada uno a las sombras del otro. He sabido de ti sólo por las fases en tu muro... Qué horrenda situación, después de que fuiste el cosquilleo en el cuello, de saber que lo que hacía no tenía sentido, pero se sentía bien. Qué difícil ver hacia atrás y respirar el incierto "pudo haber sido", para después devolver la mirada al "esto es lo que hay" y sentir la imperios

¿Qué pasa si...?

¿Qué pasa si un día entro a mi blog y me doy cuenta de que los vacíos más grandes se corresponden a una época de la vida en donde llamé amor al dolor... interesante en qué momentos y con qué objetivos decidimos guardar silencio. ¿Qué pasa si hoy retomo la terapia que es aventar botellas al mar?... quizá algún día, vuelvan a parecer voces lindas, como las que recogí aquí hace 10 años o más y que a pesar de los pasos andados hacia diferentes destinos siguen siendo de mis quereres más profundos. Hoy, por ejemplo, descubrí que me gusta la tormenta cuando estoy sola o cuando me siento feliz. Hace un año viví hermosas tormentas en mi lugar feliz, hoy mi lugar feliz es la tormenta. ¿Qué pasa si de repente me doy cuenta de que estoy dejando ir? creo que mis miedos por fin se están convirtiendo en estampas que cuelgo y encierro en una partecita de mí. No se van, pero ya no me atormentan.