Sucede que mientras hablo con las compañeras que más admiro, con frecuencia me encuentro con una misma historia: hay un hito, el de un amor lobo con piel de aliado. Hombres "reflexivos", "solidarios", "en deconstrucción" que no nos explican el mundo, pero nos dan su categórico punto de vista, no nos miran desde la superioridad intelectual, sino desde la "compasión cognitiva", y más aún, nos cuentan cómo es el amor revolucionario, ese que, curiosamente, les reporta más beneficio a ellos. Y no me entiendan mal, seguramente lo hacen desde lo que, en su imaginación es un lugar paritario, compañero y revolucionario. Sin embargo, cuando una decide decir "esto no es para mí" cuestionan nuestro propio proceso crítico y de deconstrucción. Al manifestar un deseo distinto al suyo, pasamos de personaje secundario de su narrativa a francas antagonistas. Resulta complicado conseguir la claridad y la fuerza para salir de tal enredo arácnido. Hay en
Confirmado: el tiempo verbal más doloroso es el pretérito del subjuntivo.
ResponderBorrarSi el pasado ya no es, y el futuro todavía no existe, este tiempo verbal junta dos imposibilidades en una sola palabra. Qué triste...
Pero el modo subjuntivo nada tiene que ver con el futuro, de hecho, en español, a diferencia del portugués, por ejemplo, no existe el subjuntivo futuro. Así que no hay razón para decir que éste modo conjunte tiepos opuestos como pasado y futuro. Lo único que hace es expresar posibilidades (entre otras cosas).
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