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Mostrando las entradas de abril, 2008

sea lo que sea

Creo que antes era bien ociosa, porque podía postear bien seguido... Ahora ya no puedo y me siento bien por ello. Ùltimamente, hasta he estado pensando en cerrar esto, tengo mi cabeza ocupada en demasiadísimas cosas: el examen que debo presentar el martes, la forma de hacer diez resúmenes que me hagan quedar muy bien con mi jefa, el diseño de un examen final que no admita la posibilidad de extraordinarios para poderme ir a Guadalajara a conocer a mi sobrina, el tetris mental que me traigo con el acomodo de mis muebles en el depa nuevo, y que no me he dado siquiera el chance de volver a escribir sobre aquéllos a quienes me empeñé en convertir en mis personajes para que no me dolieran en la realidad; ahora me duelen, me quiebran, deshacen los días, enturbian las noches y sin siquiera proponérselo, únicamente con el dolor propio que a la larga termina volviéndose de todos. Me siento bien porque estoy logrando ver el camino, no hacia adelante, pero sí hacia atrás y eso hace que uno se sien

Miedo a las alturas

Es una tendencia común sentir que cuando todo va bien, algo tiene que salir mal. En los últimos días mi vida no ha sido otra cosa más que perfección en lo que depende de mí y dolor profundo en lo que no. Mi situación laboral va para arriba, la acdémica vuelve a despegar después de haber pasado en tierra tres años y medio, en el amor todo perfecto, la dieta comenzó a dar frutos... Me siento bien con lo que hago, me siento bien en el camino, me siento bien conmigo. Sucede que a veces la gente no puede ir a tu ritmo, ni tú al de ellos, sucede que tus signos no siempre son los que los demás pueden comprender, sucede que hay quien te lee mal, se salta tus comas, omite párrafos, sobreinterpreta palabras, se ahoga en los silencios y trata de aniquilarlos. Sucede que a veces no todos estamos para esas cosas, sucede que esas cosas suceden y lo bueno de que me sucedan a mí ahorita es que equilibran la vida y así ya no temo a las alturas, puedo sentir que avanzo sin miedo a caer.

Me siento como:

Imagen
Una bolita de estambre, temiendo que se acerque el gato Una pelusita abajo de la cama de una casa cerrada un pedacito de naftalina que cayó fuera del experimento y que pronto va a ser limpiada con un trapo húmedo.

La seducción

Cuando conocí al amorcín venía en paquete con una serie de personas que se autonombraron involuntariamente los barrio: Ps si ustedes quieren podemos hacer dos trajineras, una para los fresas (refiriéndose a nosotros) y otra para los barrio (refiriéndse a ellos) Los barrio eran un grupo de amigos sumamente sorprendente, tenían un equipo de futbol capaz de ganar absolutamente TODOS los partido en los que se enfrentaban, fueron campeones los 3 años que duró su coincidencia en la faculad. Alguna vez fueron elegidos para representar a filos en el torneo interfacultades, sin embargo, el equipo de los guapitos (que vaya si eran guapos) se les adeantó, llevó papeles a la coordinación y fueron ellos los que recibieron las camisetas. Ver jugar a los barrio era de esas emociones que uno recuerda toda la vida, además de que mi amorcín era de las 2 estrellas del equipo. Uno de los personajes barrio que no jugaban futbol era Paquito, como había dos Paquitos en el grupo era preciso ponerle un apodo a

Los iluminados de Manuel

Hace algunos años entró en mi vida un personaje que llamaremos Manuel. Este hombre ha sido desde entonces un enigma, pues a primera vista parece una persona introvertida, sumamente analítica y que tiende a hacer aseveraciones en extremo aventuradas y en ocasiones hasta aparentemente disparatadas, pero que después de un tiempo de conocerlo resulta ser un genio undercover . A raíz del show de las elecciones de 2006, −momento en el que la realidad pareció comenzarse a contaminar por el absurdo extremo y doloroso− nos percatamos de que muchas de las ideas de Manuel, contrario a toda expectativa, se volvían realidades; desde ese entonces se ha convertido en una especie de gurú para el selecto grupo de quienes tenemos la fortuna de tenerlo cerca. A últimas fechas, con el debate del petróleo, Manuel se ha mostrado mucho más observador, más inquisitivo y muy acertado en sus proposiciones. Hace poco, comenzó a hablar de la renta petrolera, aún antes de que fuera un tema en las mesas de debate.

De tripa

La tripano me va a dejar postear algo decente, aunque material hay para aventar para arriba, pero yo soy torpe y me gana la ira, y debo decirlo porque me enerva y me descompone: Ojalá una cabra enferma de cuanta cosa pueda contaminar a su especie se coja al imbécil de Loret de Mola. No soy Amlista aunque a veces lo parezca, pero los imbéciles como Loret de Mola me ponen malita de los nervios.