La ciudad y los perros (lado B del lado B)

Uno se despierta en sus últimos días antes de salir corriendo de esta ciudad para un prolongado break, en el que se esconderá de los lugares comunes de la capital: el tráfico, la gente gandalla a la que la navidad le saca lo más ruin de sus entrañas –si no acérquese usted a un centro comercial y busque el más mínimo resquicio de amabilidad en los otros compradores–, la “inseguridad”, la contaminación, el frío y esa no tan larga lista de etcéteras si se compara con la larguísima lista de cosas a favor de la urbe.
Uno se despierta ya con una pierna metida en el bañador (jeje) y buscando la palita, la cubeta y el aceite de coco, toma su jugo de zanahoria para acentuar el bronceado... prende el radio y

Asamblea del DF aprueba uniones gay y adopciones
Sí, hay carencias, sí, la ley no es perfecta, sí falta mucho por hacer, pero es impresionante la forma en la que el DF se mueve en términos de la ciudadanía y ahora hasta de la legislación en un sentido completamente divergente al del resto del país. Como decía mi maestro de antropología de la violencia: mientras hay zonas de México con calidad de vida similares a las del África subsahariana, la ciudad de México en varios aspectos es muy progresista, incluso más que algunas ciudades europeas.
Y si bien, uno no puede negar que en el DF aún a nivel ciudadanía hay mucho por hacer en términos de la convivencia con la alteridad, al menos a mí me es inevitable pensar en la diferencia en las prácticas cotidianas que tenemos en el DF con respecto a otros sitios del país. Lo anterior me lleva a pensar en cierto conocido gay que fue apedreado hace pocas semanas justo ahí en donde voy a refugiarme de la vorágine citadina.... Al menos a mis amigos y conocidos gays de la ciudad de México no les ha pasado ni de cerca algo así, y por el contrario, en sus círuclos sus preferencias sexuales, inclusive, son consideradas cool, de modo que sus exigencias son otras: matrimonios, adopción, ese tipo de cosas, no el simple hecho de poder salir a la calle sin ser apedreados... Ahí es en donde se ve que, al menos en algunos sectores, nuestra ciudad va andando.
Uno se levanta oye esa noticia, lee las polémicas antes de echar las campanas al vuelo y aunque toda la situación genera un dejo de insatisfacción por vario motivo, uno no puede dejar de sentir en el fondo de su ser que no hay razón para echarse a correr fuera de esta ciudad... que esta ciudad va anadando y que tenemos como prueba de ello, los ladridos de los perros que miden sus pasos.

Comentarios

  1. Tal vez la ciudad de mexico lo permita, pero han de saber que hacen llorar al niño dios cuando se casan! XD

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  2. Tendremos que esperar a que desate su llanto contra nosotros :D

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