De nuevo en las andadas

Estoy en mi nuevo trabajo esperando que se manden archivos para mi jefa, (que es un pan, por eso lo hago) quien está en Mérida en un congreso. Ya ni me acordaba lo que era estar atrapada en la oficina hasta altas horas...bueno a comparación de mi antiguo empleo ni son tan altas.

Cuento a los lectores, si es que quedan, que fui a Morelos a pasarel puente de muertos; bien agusto en familia, con mis progenitores y mis niñas, todo de ensueño hasta que mi hermosa bebé se pasmó, ya no quiso jugar, ya no quiso comer, ya no quiso vivir... Bueno no, sí vivía pero a medias. La revisé y resultó que el pasto crecido contenía unas hierbitas que parecían espigas de trigo a escala y se le llenaron sus patitas de ta mortífera vegetación. Mi niña ya no podía ni caminar. Fueron dos horas de estar quitando esas cosas de hasta debajo de la piel. TERRIBLE. Todavía ayer encontré dos más en su boca ya convertidas en úlcera. Ahora parece ya estar mejor, pero entre lo mimada que es y lo mucho que la amo no podíamos vivir ninguna de las dos, razón por la cual me urge aún más llegar a mi casa a estar con ella y ver la novela que tanto nos gusta, porque sólo Dios sabe con qué nos vayan a salir esos Cervantes esta noche...

Me duelen mis ojos y ya no hay ni agua ni café ¡¡¡AAAAAAHHH!!!

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