Feliz cumpleaños

Madrugada. Un puente. Yo manejo y tú me miras, no quiero que te vayas...
Hoy te hice una confesión y desde entonces te has quedado mudo. Sé que el camino acaba en el abismo de esta distancia que va a crecer con tu miedo a que sea yo quien esperas y no sepas amarme.

Qué sensación más extraña me provoca este escenario, no nos conocemos y yo me he empeñado en que seas el sueño de mi vida. Desde el primer día ha sido así: caminábamos, habíamos planeado el encuentro en ese preciso punto del mapa y de nuestras vidas, pero nunca esperamos que fuera así, con tal intensidad. No podía resistirme a tu mirada, tenía que ocultarme en mí misma, en los míos. Aún así me encontraste y supiste inventar los sonidos para hacerme ir a ti.

Quise enamorarme, creer, y lo hice. Quise que me escucharas y grité hasta hacerte venir. Quise que me quisieras pero eso ni mis manos, ni mi voz, ni mis ganas, ni toda yo y el escenario íbamos a conseguirlo.

Te fusite, te llevó el frío, la madrugada, y el desconcierto.

De regreso, ya sola por el mismo puente, habiendo perdido el cobijo de la madrugada sé que quizá jamás me vas a amar, pero ahora ya eres definitivamente mío, lo quieras o no, con tu "gacias" o con tu "yo más". Yo te guardé ya en mi memoria como el sabor, el olor y el tacto de aquel verano, en el que lo único bueno que hubo fue haber pasado frente a tu cámara.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Mi Madre Ya No Ha Ido Al Mar de Fabio Morábito

Elijo