La seducción

Cuando conocí al amorcín venía en paquete con una serie de personas que se autonombraron involuntariamente los barrio:

Ps si ustedes quieren podemos hacer dos trajineras, una para los fresas
(refiriéndose a nosotros) y otra para los barrio (refiriéndse a ellos)


Los barrio eran un grupo de amigos sumamente sorprendente, tenían un equipo de futbol capaz de ganar absolutamente TODOS los partido en los que se enfrentaban, fueron campeones los 3 años que duró su coincidencia en la faculad. Alguna vez fueron elegidos para representar a filos en el torneo interfacultades, sin embargo, el equipo de los guapitos (que vaya si eran guapos) se les adeantó, llevó papeles a la coordinación y fueron ellos los que recibieron las camisetas. Ver jugar a los barrio era de esas emociones que uno recuerda toda la vida, además de que mi amorcín era de las 2 estrellas del equipo.

Uno de los personajes barrio que no jugaban futbol era Paquito, como había dos Paquitos en el grupo era preciso ponerle un apodo a cada uno para distinguirlos; cuando nosotros llegamos a los barrio eran Paquito disco y Paquito mamey, pero después de conocerlos y de varias anécdotas, para nosotros teminaron siendo Paquito seducción y Paquito tinaco respectivamente.

Nuestro encuentro con los barrio es una de esas épocas dorada en la memoria... nunca había extrañado tanto a personas que quiero y a quienes ya no veo, como ayer que tuve mi reencuentro con los barrio (al menos con parte de ellos). Los barrio no nos querían, pero eran tan buenas personas que de cualquier modo no acogían en sus viernes de islas. Obvio las niñas no, las niñas somos territoriales, barrio o no barrio, además con ellas empezamos con el pie izquierdo, nosotras éramos más bonitas y fue casi inmediatamente que sus hombres se liaron de una u otra forma con nosotras. Yo me quedé al mío para siempre y supongo que por eso a mí me sigan odiando, yo también lo haría.

Pero la razón de todo esto es porque ayer fue el examen profesional de Paquito seducción, el barrio al que yo más he querido a pesar de todo y por quién sabe que extrañas razones. En aquellos tiempos Paquito se dedicaba a seducir a cuanta mujer le pasaba por enfrente, a todas con la misma frase "es que estás bien linda" (Enio dice que era preciosa, pero yo digo que no), pasó por todas mis amigas y enemigas, en alguna ocasión le pregunté por qué con todas menos conmigo y me contestó "no si tú eres la más linda de todas pero pus tú eres del Enio y ese güey es como mi hermano", eso sí la seducción tenía principios y respetaba las hermandades. Era verdaderamente el rey del cortejo con frases como:

"ps si por eso me gustas porque no eres nada femenina, caminas como un niño de dos años"
"es que me gusta tu mirar, porque con un ojo como que me ves y con el otro como que ves el horizonte".

Y se enamoraba, eso sí, siempre se enamoraba, en media hora y profundamente, lloraba, se azotaba y siempre por mujeres que había conocido la noche anterior. Paquito era muy la onda.

Ayer, Paquito presentó una tesis formidable sore la apoteosis del tratamiento del alma en la "psiquiatría" mexicana del siglo XIX, le dieron el grado y la mención y yo nunca me maginé que la seducción fuera alguien tan brillante y aplicado. Extrañé a mis amigos cuando estuve sentada junto al manatí. La seducción siempre será la seducción, pero ahora lo miro con más respeto, no porque sea lic, sino porque ayer conocí algo más que al borracho ligador super simpático.

Comentarios

  1. No cabe duda que todas las personas tienen sus medios tonos.

    Mire usted que resulta que la Seducción es todo un erudito y pos acá nada que pa' nunca nos titularemos.

    Contrastes de la vida.
    Felicitación parte a la Seducción por la hazaña sí lo vuelve a topar en prontas fechas.

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