Dolor de pecho

Un día decidí que fumaba... me olvidé de que según yo era la más poderosa del universo y que nada, ni el cigarro, ni las drogas, ni el queso, ni los hombres, NADA me dominaba a mí. Decidí fumar como si no me importara ni la vida ni la muerte, ni mis vivos ni mis muertos. lo decidí y sin darme cuenta.
Otro día decidí que ciertas amistades tienen caducidad y que así com o uno siente feo tirar al bote la comida que se echa a perder, pero nadie hace por ello un funeral, uno puede dejar pasar a personas que han sido importantes, pero no lo son más... y se fue un desfile completito, con sus gordas, sus putas, sus gays, sus guapos, sus feos, sus azotados y sus light, de todo desfiló al cajoncito de "si me acuerdo ni me importa".
Ya voy decidiendo que no me importa mucho la gramática de la familia, que al final uno tiene a los que tiene, sin importar pleitos ni otras besteras.
Pero hoy me duele el pecho de una forma tremendísima y aunque algún cursi podría decir que es la añoranza de los que vi desfilar, y otro más que es la falta de mi parentela que anda regada toda por la república y yo aquí sola trabajando en una tesis; yo digo que deveras la primera decisión de la que hablé en este post ya me está cobrando la factura; pero de todas las tres decisiones es de la que más convencida estoy, la que deveras deveritas no me pongo a repensar de cuando en vez... Pero chale, ahora resulta que el cuerpo es más débil que las querencias y que voy a poder seguir soportando que la banda me haya borrado de sus blogs, agendas y memorias, pero que no voy a aguantar otro cigarrito más. Esta vida sí que es una putada.

Comentarios

  1. Anónimo8:27 p.m.

    Sabes?, a mi solía dolerme horrores la cabeza, sobretodo después de beber demasiado, jiji.

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