Quebrada
Engañarse, hacerse creer una realidad deseada. Llega la noche, con la noche el frío y el miedo, esto va a ser difícil y sin embargo es ineludible. ¿Cómo es que anoche hubo tanto fuego, tanto fuego, tanto fuego, y hoy esto es un desierto a media noche del invierno? ¿Cómo es que anoche estuve convencida de que andaba, de que estaba completamente en movimiento? Hoy soy una estatua, anclada en el dolor, en el miedo, en la duda.
¿Es un dolor absurdo pensar que en cada marea se diluye la esperanza del futuro? ¿Es un miedo infundado creer que se va deslavando con cada ola la imagen que de mí proyecté hacia el futuro? El mañana es absolutamente opaco para todos, yo no puedo saber qué hay hacia adelante, ni siquiera lo que está a la vuelta de la noche; y sin embargo, me aterra que lo que haya no sea más que la nada.
No tuve este miedo antes, nada detuvo los pasos que quise empezar a dar. Hoy apareció ese miedo y yo quiero creer que es el miedo lo que carece de sustancia y no el futuro... pero esa no es una certeza que vaya a poseer en el futuro cercano.
¿Soy yo la que está queriendo el camino en aquel parque de otros días? ¿Es Mar la que está añorando las risas salpicadas de café? ¿Es cierto que las hormonas también soy yo?¿Es cierto que la fragilidad también soy yo? No me reconozco, y por momentos, me desprecio, con todo el desgarre que eso implica. Y cuando eso pasa me alegra que no haya futuro, porque ya hay una rama que está padeciendo este horror que soy, que bueno que cada posibilidad de otra se derrame y desaparezca. Nadie merece un tronco tan podrido como el que estoy siendo en esta noche.
¿Es un dolor absurdo pensar que en cada marea se diluye la esperanza del futuro? ¿Es un miedo infundado creer que se va deslavando con cada ola la imagen que de mí proyecté hacia el futuro? El mañana es absolutamente opaco para todos, yo no puedo saber qué hay hacia adelante, ni siquiera lo que está a la vuelta de la noche; y sin embargo, me aterra que lo que haya no sea más que la nada.
No tuve este miedo antes, nada detuvo los pasos que quise empezar a dar. Hoy apareció ese miedo y yo quiero creer que es el miedo lo que carece de sustancia y no el futuro... pero esa no es una certeza que vaya a poseer en el futuro cercano.
¿Soy yo la que está queriendo el camino en aquel parque de otros días? ¿Es Mar la que está añorando las risas salpicadas de café? ¿Es cierto que las hormonas también soy yo?¿Es cierto que la fragilidad también soy yo? No me reconozco, y por momentos, me desprecio, con todo el desgarre que eso implica. Y cuando eso pasa me alegra que no haya futuro, porque ya hay una rama que está padeciendo este horror que soy, que bueno que cada posibilidad de otra se derrame y desaparezca. Nadie merece un tronco tan podrido como el que estoy siendo en esta noche.
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