Mar sin maresía (todavía)

Estamos de vacaciones... pero nos vemos prontito.

Hay tres textos que llegaron hoy a mí después de mucho tiempo y todos ellos me erizaron la piel... (los tres con dedicatoria) A la muerte de un canalla OBITUARIO CON HURRAS Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren Mario Benedetti Vamos a festejarlo vengan todos los inocentes los damnificados los que gritan de noche los que sueñan de día los que sufren el cuerpo los que alojan fantasmas los que pisan descalzos los que blasfeman y arden los pobres congelados los que quieren a alguien los que nunca se olvidan vamos a festejarlo vengan todos el crápula se ha muerto se acabó el alma negra el ládron el cochino se acabó para siempre hurra que vengan todos vamos a festejarlo a no decir la muerte siempre lo borra todo todo lo purifica cualquier día la muerte no borra nada quedan siempre las cicatrices hurra murió el cretino vamos a festejarlo a no llorar de vicio que lloren sus iguales y se traguen sus lágrimas se acabó el monstruo prócer se acabó para siempre vamos a festejarlo a no

Me requetechoca estarme peleando con la banda, ahora fue con una alumna... pero me cagó la madre que mi ex alumnita, que se las da de la más lista de su generación, y que además quiere ser diputada me dijera: "a nosotros los que nos vale madres si hubo o no fraude nada más nos dan risa su luchita que de nada sirve, además acéptalo Tremen, que quedara Calderón es lo mejor para la estabilidad del país" Le contesté con la serie de barbaridades que en tan poquito tiempo ha propuesto el señorcito ese con los recortes estratégicos en su presupuesto y mi niña, quien por cierto quiere estudiar en la UNAM, me dijo "de eso no sabía nada". Por eso dedico este post a mi alumnita, la cual a veces me lee, diciéndole: Nena, a ti no te toca decir "no sabía yo nada de eso", sino seguir inventando pendejaditas sobre cualquiera que sea el tema ya sea rebuscadas, o bien, hablar de nacos y apestados, bien lo dijo Pedro Miguel en su columna en La Jornada acerca del tema UNAM y

Entre los muros, ahí donde te espero, donde ha pasado mi mente todas las horas de estos días en que no han llegado ni tus pasos ni los míos... ahí en donde quice estar y no lo logré, ¿ahí te veré? ¿estarás? ¿deberemos olvidarnos de nuestro encuentro perfecto y dejar que la casualidad siga apartando nuestros caminos? ¿acaso es hora de que deje de ignorar de que mi nombre es en tu lista el que antecede al próximo y al que le sigue? ¿o es que debo saltarme el protocolo y secuestrar lo que queda de ti en estos días? Me dices que espere tu llamada y sé que es silencio lo qu obtendré... ¿qué esperar entonces cuando me dices que de entre los muros no aparecerás?

Anoche se reunieron algunos colombianos felices de estar juntos y gozando en lontananza de la cercanía. Bailando, un poco de emoción, otro poco de frío, se enfrentaron a un argento y gélido anochecer, en uno de los escenarios más bellos de nuestra ciudad: el Parque Río de Janeiro en la colonia Roma. Este sitio se arropó con fuego, música y "pasión colombiana" para celebrar "la noche de las velitas", como ellos la llaman. La celebración de las velitas, al igual que muchas de las que vivimos, es una mezcla de la religiosidad cristiana y los ritos paganos, así como las reinterpretaciones y adaptaciones que de ambos se hacen en cada punto del planeta... Desde milenios, el fuego ha despertado en los hombres un sentimient o muy especial, dándole el significado de la vida, de la salida de la oscuridad y de la verdad. En Colombia, la noche de 7 – 8 de diciembre, es un momento único del año. Esta noche, las calles de las ciudades se inundan de luces y las aceras, los balcone