Una mentira repetida mil veces sigue siendo una mentira

Todas las mamás sienten la impetuosa necesidad de colgarle todos los milagritos a un solo hijo y nombrarlo su orgullo, sin embargo en la configuración de mundo de la buena madre católica, existe el imperativo de equilibrar la existencia, de modo que es un imperativo el andarle colgando todas las catástrofes a algún otro (si es que lo hay). Ahora que lo pienso, pobres de los hijos únicos han de terminar medio bipolares, con razón nadie los quiere (BROMA)
En fin a mi dulce madre, el cielo la castigó con dos hijas ñoñas, como sólo ellas pueden ser, mi hermana es niña de diez desde antes de aprender siquiera a pronincial D I E Z, y yo bueno, qué se puede decir, de niña no brincaba en los charcos para que no se me ensuciaran los zapatos, fui a mi primera fiesta de a devis hasta la prepa y de ahí ya no, sólo reuniones de amigos ñoños como yo, hasta mi último año de la licenicatura y aún entonces tampoco era muy feliz de salir de noche y exponernos a los peligros de la combinación alcohol+volante.
Bueno el chiste es que eso no le impidió a mi madre escoger a una para ser el orgullo y otra para ser la pecora nera, y ps ni modo, yo era la que menos se parecía a ella, así que me tocó la segunda categoría.
A lo largo de mi vida, mi madre me ha colgado las medallitas de la malagradecida, la grosera, la viciosa (¡¡YO!!, yo y mi cruzada antidrogas y mi desprecio por los borrachos), y todo lo que se requiera en el momento. Con todo esto de mi pie, decidió que la vez pasada no terminé la terapia y que además en una rabieta decidí, aventar las muletas y con todo y yeso subirme las escaleras... mi hermana es el orgullo de la familia, y si quiere conservar tal condecoración es menester que esté completamente segura de haber visto aquello que dice mi madre que sucedió. El hecho además ha sido comentado con familia, novio y conocidos, de modo que ahora todo el mundo me dice: ¿pero esta vez si te vas a cuidar verdad? no como la vez pasada que hiciste el berrinche. Ahora resulta que el evento se ha convertido en una realidad y todo el mundo asegura que es una historia verídica, en cuya autenticidad ellos mismos pueden comprometer su palabra.
No faltan además, los aderezos, que si ahora estoy en la misma situación tiene que ver con eso y que por eso ya nunca volveré a caminar. Pinche gente metiche, si mi madre y mi hermana me quieren inventar lo que se les dé la gana es por el propio bien de nuestra personal configuración del universo, pero no por eso deja de ser una mentira.

Comentarios

  1. Compóngase de la pierna y agarrelas a puntapies.

    Saludo.

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  2. Pues algo tienes de razón. Los hijos únicos somos el maldito foco de atención, sobre todo de las mamacitas santas. Somos la luz de sus ojos y la mayor cochinada que nunca antes habían visto. Que si cómo nos vestimos, que si somos desordenados, que si sabemos mucho, que échale ganas, que qué mal genio, etc etc y cuando menos quieres que se te acerquen, ahí van, a incomodarrrr. Y luego uno que es "diferente" o "enfermo" como dices tú, que no puede decir lo que en realidad pasa en la cabecita. A veces quisiera tener un hermano para que deje de mirarme todo el tiempo y pueda hacer mi vida como la sigo haciendo o para que ella deje de colgarse de mí para justificar su existencia.
    Yo no sé nada de tu pierna. Si tú dices que no es cierto, entonces no. jajaja

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  3. Son bipolares y nadieN los quere.

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  4. Anónimo3:17 p.m.

    Je. Que ciber-levante la mano quién nunca haya mentido, para bien, para mal, para obtener, para perder... Somos humanos.. demasiado humanos.

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