La de adentro

Nunca soy yo sino la que mira en el espejo, es ella quien no está convencida de ésta que soy al otro lado, le pregunta si realmente es investigadora o si siquiera desea serlo; le mira los años en las comisuras de la boca y se burla de que no son tanto y sin embargo parecieran todos; le reprocha la elección de ropa y le propone que se replantee la posibilidad de escoger el gris y el navy que le van mejor a su complexión, su edad, su lugar de trabajo y el caracter que debería comenzar a modelar.
No soy yo la que sigue esperando regresar a la espiga como representación de una misma, no soy yo quin exige actitud de diva y determinación para pasar por encima de cualquiera, como fue en otros tiempos, es la que está adentro que, constante se atormenta por estarse volviendo más suave, en tantos sentidos.
Terminada la lista de reclamos de madrugada, la dejo ahí a que se siga lamentando de esto que soy, le doy la espalda y sigo siendo yo quien le da más de qué hablar.

Comentarios

  1. Sólo convéncela del cambio que has experimentado y que, por lógica, debe experimentar ella. Invítale unas copas y vuele al espejo!! Eso ayuda harto!

    Saludos!

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  2. Esa que tu ves me gusta más que la fuiste. La ví solo unos instantes y a veces, solo a veces, aparece en momentos que necesita de cordura. Invitala a salir.

    Besos y abrazos siempre

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  3. Yo miro nada bello al espejo.. Nadie mira nada bueno al espejo, si no es alegre.. Así como mi carne apesta, la de otra gente puede apestar sin que genere olores...

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  4. me recordaste por un momento las obseciones de pizarnik.

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