3 de agosto

Ya tengo 26.
Casi bien, cuando uno se da a la tarea de juntar a los que en ese momento de su vida considera sus mejores amigos descubre cosas aterradoras. Hay gente a quien se le dio demasiado valor y ahora ya no darías un varo por ellos, de hehco hasta te llega a molestar su presencia. Maldito tiempo y distancia, son capaces de enrarecer hasta las relaciones más cercanas.
Me gusta el número 26, pero aún no sé si me gusta quien soy ahora en este nuevo número. Me di cuenta de que pareciera una coincidencia, pero los amigos a los que de verdad estoy convencida de que puedo seguir llamando así, están haciendo un posgrado. Suena de lo más pedante y sin embargo, no estoy convencida de que lo sea; supongo que tiene que ver con lo que mi hermana llama "formas de enfrentar la vida". Me molesta el conformismo de quien podría hacer más por sí mismo, por su familia, por su disciplina o por un fin mayor (sociedades, utopías, lo que sea), y se queda tan tranquilo en la comodidad de su licenciatura trunca, su trabajito de dos varos y sus fines de semana con alcohol. Sigue sonando arrogante, despectivo y mamón, pero es que estoy muy de malas y me pone más de malas aún que vaya empezando mi cumpleaños y esté de malas. De todas las convenciones sociales absurdas a las que mayor importancia le atribuyo mi cumpleaños es de las más fuertes.
Cuando estaba más chavita y hasta hace muy poco le di mucha importancia a tener amigos "de onda" así escenosos, de coctel y fashionmedieros. Al mismo tiempo tenía amigos del tipo "niñodecasabienportado" que de repente me causaban emociones polivalentes, por un lado me sentía totalmente en mi ambiente, pero por otro me costaba aceptar que era ñoña y lo peor es que como estaba más acostumbrada a los otros amiguitos me deba pánico cagarla con éstos, diciendo groserías o hablando de frivolidades. Ahora, y sobre todo después de anoche, me doy cuenta de que eso era la idiotez más grande del mundo, los "bienportados" son mi banda y ahora los escenosos me ayudan a entender el concepto "pena ajena".
Me estoy mudando, en muchos sentidos, estoy cambiando de piel, estoy vaciando los closets, estoy tomando decisiones arriesgadas pero que por el momento en el que me encuentro, me puedo dar el lujo de tomar el riesgo. Parte de las cosas que quiero hacer es cerrar este blog. Ya no lo quiero, me trajo buenos amigos de los cuales he de conservar alguno, pero también, como todo en la vida, me ha traídos cosas malas. Esto ya no me sirve, ya se me pasó la moda. En una semana desaparece este blog, si no me he arrepentido.