Juro que volveré a sonreir

Algo pasó en mi los últimos días, no sé si fue la luna o las estrellas, no sé si creer en esas cosas, pero perdí la brújula severo.
Por alguna extraña razón me puse a pelear con la gente por cosas que no valen la pena; si ellos dicen que AMLO está loco y que los que pedimos democracia y justicia hasta las últimas consecuencias -ya no importándonos intereses partidistas sino únicamente que no nos sigan viendo como los pendejos que no se van a dar cuenta de que su fraude tiene las tripas de fuera- somos sus títeres y vemos extraterrestres y peleamos por causas perdidas, además de injustas, y somos parásitos sociales y creemos que son los ideales los que nos van a dar de comer y todos esos argumentos de sobra conocidos, pues finalmente eso habla más de ellos que de nosotros. No tengo por qué pelear, es tonto: soy tonta al pelear con gente que no escucha argumentos, que se casa con su cursito de historia de la primaria y que cree que México se va a ir a la chingada por todo la "inestabilidad y división que está creando el maldito Peje naco".
Voy a poner fin a eso porque honestamente me tenía muy mal, tratando de evitar esas peleas hice cosas de las que ya no estoy segura (cerrar foros y dejar de escribir). Creo que puedo seguir dialogando con quien diálogo pide, y los demás, aquéllos que fundamentan sus argumentos en su glándula secretora de bilis... "que ladren, señal de que vamos cabalgando" (es la primera vez en mi vida que empleo el afamado lugar común, antes pasaje de Don Quijote).



Tremen está de vuelta, éste es su segundo aire, por aire no queda, aquí me tendrán para mal o para peor. Voy a recobrar mi buena conciencia y seguiré garabateando aquí, pero sobre todo: Volveré a sonreir.