A mis 23

Ya han pasado demasiados días, me conozco y sé que después de una semana si no lo he escrito no lo voy a escribir jamás. Tenía dos brillantes ideas, una para un ensayo y otra para un cuento y nada. Mi cabeza está en una sola cosa: el fraude, el fraude, el fraude… ¿estoy exagerando? Quizá. Este es el saldo:

Los últimos cambiecitos de mi tesis están varados pues cuando tengo que escribir “criollo”, escribo “casilla”; el número de personas bloqueadas (o que me han bloqueado) en el msn por discusiones políticas asciende a cuatro, y una de ellas era de mis amigas de toda la vida, pero mi lema es “amistad que no resiste una crisis electoral, no es amistad”; mi conato de enamoramiento pasó a segundo plano; estoy a menos de un mes del día más importante del año y no tengo nada planeado; hasta la dieta ha valido madres, como me quedo hasta altas horas monitoreando el avance de las pruebas recaudadas, lo que ha hecho Bolívar, etc. como lo que me viene en gana y a la hora que me parece mejor; la final del mundial ya ni me importa ¡¡¡¡A MI, que mi vida es el futbol!!!; mi nuevo insulto estrella al volante se relaciona con las elecciones…

Sí, en definitiva estoy exagerando, pero tengo 23 años, es el momento de exagerar, de comprometerse, de tomar acción, de no dejar que me gane la comodidad de mi vidita de maestra-ensayista-tesista-bonita, de no sólo quejarme, de agotar toda posibilidad al alcance de mi mano por salir de este bache.

Una de mis frases características es “yo sólo me dedico a aquello en lo que sé que soy buena, por eso siempre gano”… espero que esta vez no sea la excepción.