Hace días que quiero hacer un post bien ojete. La intención no es molestar sino a manera de confesionario sacar todas mis culpas. Para quien me conoce está divertido tratar de poner la carita y el nombre correspondiente a cada manojo de culpas; para quien no me conoce está divertido andar meticheando en qué clase de culebra (perdón se me fue una "b") soy, a ver si se anima a conocerme algún día. Ahí va la primera parte: Confesión #1 Me gustó sentirme frágil, quizá, como diría mi maestro Bátiz, hasta disfruté el que mancillaras mi honor, mis principios de clasemediera guadalupana pura casta y virginal. Me gustó que al contar mi primera vez a mis amigas, todas se quedaran heladas; adoré que me dieras la oportunidad de que una vez más, los otros se pregunten ¿y cómo después de eso puede seguirse moviendo (en el mundo) tan bien? Me hiciste fuerte en el escenario, mortal tras bambalinas. Tengo miedo de encontrarte algún día, pero no por ti, ni por lo que sienta todavía, me da mied
Confirmado: el tiempo verbal más doloroso es el pretérito del subjuntivo.
ResponderBorrarSi el pasado ya no es, y el futuro todavía no existe, este tiempo verbal junta dos imposibilidades en una sola palabra. Qué triste...
Pero el modo subjuntivo nada tiene que ver con el futuro, de hecho, en español, a diferencia del portugués, por ejemplo, no existe el subjuntivo futuro. Así que no hay razón para decir que éste modo conjunte tiepos opuestos como pasado y futuro. Lo único que hace es expresar posibilidades (entre otras cosas).
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