Ambos hemos sido Eurídice y Orfeo
El enamoramiento primario es intenso, es feliz, es total; uno teme perderlo, teme que se difumine la emoción de cada encuentro, que la fascinación inicial muera en arass de la costumbre. Eso nunca ocurrió.
Hoy, tres años después puedo hablar de mi amor de verdad, del amor de mi vida, de aquél que supero el enamoramiento, pero que no dejó de ser jamás emocionante, arrebatador, que nunca ha dejado de quitarme el aliento al mirarlo y pensar "él es mío y yo soy suya". Ya no estamos en clase de redacción, ya no lo veo en el puesto comprando cigarros, ya no busco pretexto para estar con él, no nos mandan a la biblioteca por agua, no dice a lo lejos, sentado en las islas "yo la cuido" cuando De la O sugiere que necesito ser cuidada; no, él ya me cuida de verdad, ya fui Eurídice para él, bajó por mí a los infiernos y jamás volteó a mirar si lo seguía, se mantuvo hasta que pudo abrazarme y detenerme ahí, detenerme para siempre en sus vida.
... Y el mundo se tornó espejo... tuve que ser Orfeo y descender ahora yo, no mirar, creer, creer, creer... creí y ahora estamos aquí, sabiendo que esa imagen pequeñita que cada uno guarda del otro en su pupila (lejana, ja) es ahora tan indispensable como respirar, como seguir latiendo a un mismo tiempo, como decir te amo.
Uno puede decir que ama alguien sólo hasta que ha llegado al infierno por seguirlo y ha regresado de él con el único interés de ya no beber más agua que la saliva de su boca, sabiendo que este amor es un viento terrible que entra en la vida de uno poniéndolo todo en su lugar...
El levante entró en su casa con el ímpetu de un enamorado impaciente. Agitó las cortinas, acarició las hojas de las plantas, levantó las esquinas del periódico de aquella mañana, se coló por todas las rendijas y entre las aspas del ventilador, pero no trajo consigo recelo, ni inquietud, ni la desconcertante amenaza del desorden. Nada rompió, nada se perdió, ningún papel se estrelló contra la pared del fondo con la docilidad sumisa y desarticulada de las víctimas. Aquel levante era sólo alegría. Todo se mantuvo en su sitio porque aquélla era también su casa, porque su dueña ya había aprendido que no podía vivir sin él.
Hoy, tres años después puedo hablar de mi amor de verdad, del amor de mi vida, de aquél que supero el enamoramiento, pero que no dejó de ser jamás emocionante, arrebatador, que nunca ha dejado de quitarme el aliento al mirarlo y pensar "él es mío y yo soy suya". Ya no estamos en clase de redacción, ya no lo veo en el puesto comprando cigarros, ya no busco pretexto para estar con él, no nos mandan a la biblioteca por agua, no dice a lo lejos, sentado en las islas "yo la cuido" cuando De la O sugiere que necesito ser cuidada; no, él ya me cuida de verdad, ya fui Eurídice para él, bajó por mí a los infiernos y jamás volteó a mirar si lo seguía, se mantuvo hasta que pudo abrazarme y detenerme ahí, detenerme para siempre en sus vida.
... Y el mundo se tornó espejo... tuve que ser Orfeo y descender ahora yo, no mirar, creer, creer, creer... creí y ahora estamos aquí, sabiendo que esa imagen pequeñita que cada uno guarda del otro en su pupila (lejana, ja) es ahora tan indispensable como respirar, como seguir latiendo a un mismo tiempo, como decir te amo.
Uno puede decir que ama alguien sólo hasta que ha llegado al infierno por seguirlo y ha regresado de él con el único interés de ya no beber más agua que la saliva de su boca, sabiendo que este amor es un viento terrible que entra en la vida de uno poniéndolo todo en su lugar...
El levante entró en su casa con el ímpetu de un enamorado impaciente. Agitó las cortinas, acarició las hojas de las plantas, levantó las esquinas del periódico de aquella mañana, se coló por todas las rendijas y entre las aspas del ventilador, pero no trajo consigo recelo, ni inquietud, ni la desconcertante amenaza del desorden. Nada rompió, nada se perdió, ningún papel se estrelló contra la pared del fondo con la docilidad sumisa y desarticulada de las víctimas. Aquel levante era sólo alegría. Todo se mantuvo en su sitio porque aquélla era también su casa, porque su dueña ya había aprendido que no podía vivir sin él.
Almudena Grandes
Los aires difíciles
"beber màs agua que su saliva" ... este si me dio asquito , enhorabuena y listos pa su fiesta de festejo . Tres años ¡què impacto!
ResponderBorrarayyy no sabía quien era ursus , y lo leì despuès de publicar mi comentario . Gracias ahora casi estoy llorando mensos!!
ResponderBorrarAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaay!!!
ResponderBorrar¿Qué quieren que les diga, par de burros cursilísimos? ¿Que me encanta leerlos así, poéticos como gente de letras y enamorados como gente a secas? ¿Que dan ternura y hasta tantita envidia, así así?
Lo dejo en que los quiero. Ya sean felices, por el amor de Dios, que eso de los decensos a los infiernos llega un punto en el que se vuelve agotador...
Besos y abrazos a ambos. ¡Ay! ¡Romance en el blog! Es la primavera... ;)
amiga, es de lo más bonito que he leído en varios días y me hacíua falta ver lo cursi que uno es cuando se enamora... de la o dice que soy muy cursi, judith dice que me deconoce, pero tu me has visto... soy muy cursi y estoy a punto de llorar...
ResponderBorrarte quiero
Gracias muchachos, nada de esto hubiera sido posible sin ustedes.
ResponderBorrarP.D: Dela O: ayer que estábamos haciendo el setlist de la fiesta tu nombre salió fácil 15 veces, de verdad tienes todo que ver con el soundtrack de nuestras vidas.
Los quieroooooo!
ahhhhhhhhh! LoVe is in tHe blog!!! que bonito es lo bonito cuando es bonito! que sigan llenandonos de alegría y esperanza a los que todavía no encontramos aquello tan bonito que tienen, ahhh yo también estoy llorando!
ResponderBorrarPues que les puedo decir lo mejor de las vibras pa ustedes la neta es que tu mi querida Citlala y Enio, de repente se les olvida que son el uno para el otro, cuando eso se les olvide... no se pasmen y recuerden que el amor es pa los valientes!!! Y pues ustedes son de agallas vientos!!!
ResponderBorrarTu amiga pasmadita March...