Todos mis enamoramientos

Recientemente me reencontré con una cita de Erich Fromm que ha cobrado una importancia mayor en mi vida:

El amor debe ser esencialmente un acto de voluntad, la decisión de dedicar toda nuestra vida a la de otra persona.

Yo creo en el amor como un acto de voluntad desde el inicio, jamás he comulgado con la idea de que el amor llega cuando llega y por donde uno menos lo espera. Cuando tenía 16 años le decía a mi mejor amiga "tú sólo elige y enamórate". Así lo he creído y así lo he hecho toooda mi vida. De esto se sigue que creo firmemente en el amor a primera vista, uno puede, si así lo desea, decidir si se va a enamorar o no, desde la primera aparición del sujeto elegido.

Hoy alguien, al leer la cita anterior, agregó "de voluntad y de incertidumbre". Estoy de acuerdo. No obstante, difiero en el enfoque; ese alguien atribuye la parte de incertidumbre a la respuesta del objeto de nuestro afecto, sin embargo, yo creo que ya hay bastante de incertidumbre dentro de uno mismo al enamorarse.

Todo esto me ha llevado a repensar mis "actos volitivos de vinculación afectiva" -por no decir mis enamoramientos-. No puedo hablar del amor, ni de cómo se enamora la gente, puedo hablar de cómo se ha enamorado Mar, siempre es como Mar que me enamoro, no se hacerlo de otro modo y desconozco los modos de amar, aún de quien me ha amado.

Mar entiende el amor como un poliedro, esto es, cree que en un mismo "acto volitivo de vinculación afectiva" dirigido a una misma persona, uno puede desarrollar distintos tipos de enamoramiento, que no necesariamente implican un orden cronológico o sucesión ordenada. Es más bien la idea de uno de estos dados con más de seis caras que uno lanza al enamorarse de alguien, al cometer ese acto de voluntad y es en el lanzamiento del dado en donde reside la parte de incertidumbre: uno nunca sabe de qué forma se va a enamorar... y en los actos volitivos de Mar el dado se lanza todos los días... Mar puede despertar cada día enamorada de una forma diferente, del mismo ente al que está amando (en gerundio).
Algunas posibles lecturas de los lados del dado:

Hoy te amo como si todo existiera porque tú lo estás inventando y en ese génesis me inventaras también a mí
Hoy te amo por necesidad
Hoy te amo porque me cansé de odiarte ayer
Hoy te amo porque puedo
Hoy te amo como si nunca antes lo hubiera hecho y todo en ti fuese nuevo y fascinante para mí
Hoy te amo por toda nuestra historia
Hoy te amo por lo que nos falta por vivir
Hoy te amo sólo porque eres guapo
Hoy te amo porque cuando tú estás, yo soy
Hoy te amor por inercia
Hoy te amo como si sólo quisiera ser tu niña para que me cuides
Hoy te amo como si nuestro silencio bastara para seguir amando
Hoy te amor porque ya decidí que así fuera
Hoy te amo porque no tengo de otra

Y así, constantemente, Mar renueva el amor cada vez que tira el dado, ¿será por eso que siente que puede realizar este acto de voluntad de manera perpetua, sólo por el placer que le produce el dado al aire?